Jun 30, 2009

lagrimas 2

demore unas dos horas y regrese a la funeraria.

habia mucha mas gente. apenas cabia la multidud en la sala.
ahora eran no solo familiares directos sino tambien parientes lejanos y algunas amistades que habian recorrido un largo camino de improviso para estar alli.

todos parecian platicar animadamente.

me encontre con mi madre, me tomo del brazo y me encamino a saludar un monton de personas que no conozco, pero que por sus comentarios deberia conocer o cuando menos recordar.
puse mi mejor cara y platique atenta y brevemente con cada uno de ellos.
escuche anecdotas de cuando era aun bebe, recibi abrazos, besos y tantas invitaciones para visitar el pueblo que tendria que separar todos los fines de semana restantes del anio para poder cumplir con los compromisos sociales recien adquiridos.
elena y arnulfo me hicieron prometerles que los visitaria dentro del proximo mes. al parecer guardan muy buenos recuerdos mios y de mi hermano.

salude gente hasta quedar exahusto. busque un lugar para esconderme asi que me dirigi a la cafeteria pero me sorprendi al ver al secretario de gobernacion (que era amigo de la familia) con un sequito de lambiscones oportunistas que aprovechando la ocasion buscaban impresionarlo para quedar bien o buscaban algun favor de su parte. senti nauseas y sali de alli.

lo mejor que pude encontrar fue un sillon en donde estaban mis primos mas chicos. me refugie entre la juventud esperando pasar desapercibido. descanse un rato, le hice unas cuantas preguntas a algunos de ellos a quienes hacia tiempo les habia perdido la pista, jugue un poco con los mas pequenios, los cargue, los bese y me levante de nuevo.

aviste a un viejo maestro de la escuela. lo salude, me dio el pesame y siguio su camino. voltee a mi alrededor y me di cuenta la gran cantidad de gente mayor que habia en la sala.

en la capilla habia una larga fila para ver el feretro.
nunca entendi esa enfermiza obsesion de guardar como ultima imagen de un ser querido a su cuerpo inerte dentro de una caja.
me quede observando y pensando...

apenas el domingo mi madre me habia dicho:
- ya se va a morir maruca.
- pero yo la acabo de ver hace menos de seis meses y estaba muy bien de salud.
- tiene cancer terminal en los huesos. vamos a su casa para que la veas porque a lo mejor esta va a ser tu utlima oportunidad de verla viva.
- mmmh no estoy seguro de querer ir.
- arreglate para que nos lleves.

llegamos a su casa, el papel tapiz en las paredes, los cuadros, las alfombras, los muebles eran los mismos de siempre.
subi a su cuarto y al entrar la enfermera me pidio que hablara en voz baja y que no hiciera mucho ruido porque le molestaban los sonidos fuertes.
vi su rostro y reconoci con asombro la viva imagen de mi abuela en sus ultimas semanas de vida cuando agonizaba en la que ahora es mi cama.
abrio los ojos por un momento y me saludo. comenzo a pedirle a la enfermera con unos gritos de dolor que taladraban mis oidos que por favor jalara la sabana para que la cambiara de posicion.

espere un poco a que cesaran los gritos y le dije:
- te duele mucho?
- muchisimo
- y estas durmiendo bien?
- no he podido dormir del dolor en los ultimos tres dias
- y estas tomando tus medicinas?
- no sirve de nada. ni siquiera la mariguana sirve.
- y si es cierto que tiene mariguana. ahi la tiene en ese cajon - anadio la enfermera.
- van a ver si me consiguen morfina para ver si asi se me quita el dolor.

guarde silencio por un rato pensando en que decirle para distraerla del dolor.

- y has seguido tejiendo el arnes que estabas haciendo?
- mmmmh ya lo hubiera terminado fijate - se quejo.

cerro los ojos, se agarro fuertemente del barandal de la cama de hostipal en la que estaba y comenzo a gritar de nuevo. los gritos no cesaban y no abria los ojos.
no pude soportar mas ver a mi abuela reflejada en su cara y me dirigi hacia la puerta. al salir observe sobre el tocador una fotografia suya de cuando tenia unos cinco anios. que bonita era maruca antes de que engordara tanto.
al momento que salia alcance a oir como maruca gemia:

- ya no puedo, ya no puedo, ya no puedo, ya no puedo, ya no puedo...

sali de su cuarto con el corazon oprimido y en eso la llamada a la misa de cuerpo presente de las seis de la tarde me regreso a la capilla llena, a la fila de gente esperando ver el feretro de maruca, a la funeraria repleta de personas treinta y cuarenta anios mayores que yo, al sabor de cafe negro recalentado que era lo unico que habia comido en todo el dia.

continuara...

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